El mundo del enoturismo no tendría éxito si no considerara a cada una de las partes que la componen. De ahí el mérito de los Premios Enoturismo Chile @enoturismochile, que este año incluyeron la categoría Mejor Guía Enoturístico de Chile. Y la ganadora fue: María Ignacia Mery de Viña Requingua de Curicó @mery_ignacia
Por: María Estela Girardin @estela_girardin
¿Quién es María Ignacia Mery Marín?
María Ignacia es curicana, tiene 28 años, es mamá de Antonella de 10 y hermana mayor de 4 hermanos.
Egresó como Técnico en Servicios de Turismo del Liceo Tecnológico Nuevo Horizonte. En sus inicios realizaba coordinaciones de Giras de estudios a Bariloche y al sur de Chile. Luego trabajó con SERNATUR en los programas de Tercera Edad, una labor que “marcó mi vida porque son personas que, probablemente, nunca han tenido la experiencia de viajar o conocer lugares de Chile y tienen una vida muy solitaria.”
¿Cuándo entra el vino en su vida?
Según recuerda, desde muy pequeña se relacionó con el vino ya que su familia vivía al lado de una bodega de vinos a granel en un sector llamado Los Castaños. Luego, entre 2017 y 2018, estudió Vinificación y Enología en la Universidad de Talca con la idea de potenciar su acercamiento al área enoturística, actividad que al inicio realizaba de forma independiente en Curicó.
En años de pandemia creó un emprendimiento de venta de vinos llamado colcha.vinos que se enfocaba en pequeños productores, además de ofrecer catas de vino en Curicó y difundir videos en Instagram para enseñar a escoger y maridar un vino.
El año 2022 entró a trabajar en el mismo Liceo de donde había egresado, ahora en el rol de profesora de la carrera de Servicios de Turismo. Y en 2023 llegó a trabajar a Viña Requingua, en Sagrada Familia, como encargada de la sala de ventas hasta que, a principios del 2024, le proponen iniciar el proyecto de turismo “Experiencia Toro de Piedra” que diseñó en conjunto con el enólogo de la viña, Benoit Fitte. Se trata de un recorrido más exclusivo de un máximo de 8 personas en el que se da a conocer la historia patrimonial de la Familia Achurra, y el proceso de crecimiento de una empresa vitivinícola que hoy se distingue como una de las más queridas y apetecidas por la marca Toro de Piedra.
¿Cuál es tu vino favorito?
Tiene gustos bien amplios y surtidos. Algunos son vinos que muy pocas veces ha tenido la suerte de degustar y otros más accesibles como Gandolini Cabernet Sauvignon; La Rosa Cabernet Franc; Ritual Pinot Noir de Veramonte; Rosé Malbec – Cabernet Franc de Viña Maquis; Rincón de los Vientos de Toro de Piedra y Carignan Toro de Piedra Gran Reserva.
¿Qué crees que valoraron los jueces de tu desempeño?
María Ignacia cree que una de las cosas que más captó la atención de los jueces para resultar ganadora, fue la fluidez con la que cuenta el relato, lo humana que es al transmitir el mensaje y al atender al público. Por algo que quizás se llame vocación, durante esta entrevista nos ha repetido varias veces las palabras “cariño” y “atención”, para hablar de los turistas y del enoturismo.
Y antes de cerrar estas líneas, una reflexión: ¿Cuántos guías de enoturismo conocemos en Chile con nombre…y apellido? ¿Les hemos puesto rostro? Claro que a veces es el enólogo, el hacedor del vino o el dueño de la viña el que nos guía por un viñedo, pero qué bien que esa labor se vaya definiendo mejor y que lo profesionalicemos convirtiendo el relato y el storytelling en un pilar del enoturismo. Quizás este premio abra un camino nuevo y diferenciador para el turismo de vinos.
Tips de guía según MIM
- Conectar con el turista
Saber que un turista que va a una viña busca una experiencia y busca desconectarse de su día a día. Entonces, lo primero es conocer a ese turista a través de preguntas básicas: cómo llegaron, les costó llegar, de dónde viene, a qué se dedica. Conocerlo. Si no conectas con el grupo es imposible que ellos disfruten la visita.
- Observar
En turismo enológico o enoturismo es súper importante observar, porque te puedes encontrar con gente muy diversa: alguien muy conocedor, alguien que no sabe nada o que es su primera vez en un viñedo. Eso nos va a permitir entregar el mejor servicio posible.
- No ser monótono
Es importante interactuar con el turista a través de sensaciones, apreciaciones y comentarios. Hacerlo partícipe. Algo que mata la pasión en un guiado es saberse un texto de corrido, sin que el turista se sienta parte.
- Ser cordial
Ser empático y simpático. Eso marca una diferencia. Creo que la simpatía lo es todo y la empatía me va a entregar la apertura para que la persona entienda lo que estoy explicando, sepa mucho o poco del vino. Y eso conecta con el turista.
- Conocer a tu equipo
Conocer y estudiar mi viña, mi valle, mi país y la forma de trabajar de mi viña, quiénes son las personas y las historias más antiguas que ellos guardan. Son las personas las que guardan el alma de una viña, y si uno conversa con ellos, seguro descubre historias de gran valor que van a enriquecer un relato.
- Estudiar
Estudiar y aprender cada día un poco más del mundo del vino porque si bien no somos expertos, hay que estudiar. Puede llegar un turista que sepa más, y es válido decir que no sabes, pero después hay que averiguar y sumar conocimiento.