Maritza estudió Ingeniería Comercial, realizó un postgrado en marketing y luego trabajó un par de años en Santiago. En el año 2005 volvió a Antofagasta, donde están sus raíces, para trabajar en la empresa familiar que en ese momento era una importante cadena de supermercados regional que posteriormente, en el 2008, se vendió a SMU.
“En el año 2009 entre varios negocios inmobiliarios que teníamos como familia, se nos presentó la oportunidad de comprar un edificio para operarlo como hotel. No teníamos mucho conocimiento del rubro hotelero, pero en Antofagasta en ese momento el tema de hotelería era atractivo debido al gran auge minero. Llegó el momento de definir funciones y en una decisión bastante sui Generis de mi familia, todos asumieron que yo era la más apropiada para tomar el cargo de gerente general del establecimiento, por lo cual, ahí partió mi desarrollo en este rubro tan entretenido, interesante y desafiante”, señala Maritza, quien desde ese año comenzó su trabajo en el primero de los Hoteles Alto del Sol en Antofagasta.
– ¿Cuál es el factor clave para dirigir a un buen equipo de trabajo?
-Siempre he sido muy cercana con todos los trabajadores, muy conectada, coordinando todo muy de la mano con el equipo de trabajo de los hoteles. Creo que esa es la clave, pues nunca nos desconectamos y las personas que trabajan con nosotros saben que cuentan con la confianza y mi apoyo permanente, lo que se traduce en un grupo afiatado, que se potencia al máximo.
– ¿Qué es lo que más te apasiona de tu trabajo en Hoteles Alto del Sol?
-Todo. Me gusta involucrarme mucho desde el principio, en cada proyecto, en los planos, decoración, implementación, contratación y luego operación de cada hotel que hemos abierto. Disfruto de estar pendiente y preocupada día a día de todos los detalles de los hoteles. En este momento tenemos una cadena de 4 hoteles, ubicados en Antofagasta, Mejillones y Calama.
-¿Cómo el hotel vivió los inicios de la pandemia del Coronavirus?
-Nuestra decisión desde un principio fue no cerrar ninguno de nuestros hoteles a pesar de que cuando comenzó la pandemia la ocupación disminuyó mucho debido a la gran incertidumbre y susto generalizado. En Antofagasta hubo varios establecimientos que sí decidieron cerrar, pero nuestra decisión de no cerrar finalmente fue muy acertada y muy bien percibida por las empresas que necesitaban de nuestros servicios, ya que confiaron plenamente en nuestros hoteles, cumplimos estrictamente con todas las normativas sanitarias para recibir a nuestros clientes y ellos se sintieron muy seguros, de esta manera logramos estar con muy buena ocupación durante la pandemia. Antofagasta tuvo harto movimiento debido a que la minería no paró nunca su operación por lo cual se comportó distinto a las otras regiones del país.
– ¿Alguna enseñanza que haya dejado esta pandemia que aún no termina?
-Nosotros enfrentamos y vivimos la pandemia como una oportunidad para mejorar nuestra competitividad y posicionamiento. Trabajamos con mucho esfuerzo, compromiso y de la mejor manera para lograr prestar un servicio que entregó plena confianza a nuestros clientes. Cumplimos a cabalidad y por eso nos sentimos junto a mi equipo de trabajo muy contentos.
-¿Qué valores posee el hotel que mantiene a sus huéspedes fidelizados?
-Tenemos convenios con muchas empresas, tenemos muchos clientes cautivos, frecuentes desde hace años y bueno porque entregamos un buen servicio, tratamos siempre que tengan una grata estadía, que se sientan cómodos como en su casa, ya que tenemos muchos clientes de largas estadías que logran sentirse como en su segundo hogar.
– ¿Cuáles son tus próximos desafíos?
-En este momento la economía está un poco inestable por lo cual hemos estado parados en cuanto a nuevos proyectos, pero estamos sumamente consolidados con nuestra cadena y si se da la oportunidad en el corto plazo de participar en un nuevo proyecto de hotel en esta u en otras regiones, lo tomaremos.
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