Por Antonio Brillat, Columnista Enogastronómico.
Fotos: Gentileza Viña InVina y Gerardo Pfeiffer.
¡Qué mejores meses para disfrutar de esta bebida de dioses! Y careciendo, la verdad de nociones teológicas. Sí, me atrevo a sustentar mi creencia enoteológica. No, por nada el vino “verdadero” que proviene de las santas uvas, se proclama como ningún otro néctar de dioses y de Dios derivado de frutos, silvestres o cultivados. Brebaje de culto.
Y justamente en estos meses de invierno y consumo de buenos vinos, queremos seguir rindiendo ofrendas. Para ello, nos trasladamos hacia la localidad de San Rafael a los terruños de nuestros amigos de Viña Invina, ubicada en el enclave natural, del Fundo Buena Vista, Longitudinal Sur, Perquilauquén, comuna de San Rafael, entre las localidades de Curicó y Talca.
“Proyecto familiar con colores únicos del Maule”.
Resulta confortable reseñar a Viña InVina. Más aún cuando detrás de su historia, proyecto y desarrollo, se vislumbra la pasión y esfuerzo por comprender el lugar y su identidad. Sin duda, el ADN de Viña InVina, se manifiesta en sus vinos y sabores inconfundibles. No por nada son más de 20 años haciendo historia con corazón y espíritu en la tradición vitivinícola del Maule. Un verdadero trabajo enológico.
En 1999, Alex Huber, el corazón de este proyecto, decidió invertir con la colaboración de su padre don Richard Huber, en un proyecto de viñedos chilenos. En 2001, Alex se muda a Chile y se unió a la empresa como CFO, viviendo y empapándose con los viñedos de Maule y quedando fascinado con su potencial.
Alex, vio la ventaja competitiva clave de esos viñedos, por lo que, en 2007, la familia Huber, adquirieren varias propiedades, con miras a crear un proyecto que reflejara la diversidad del Valle del Maule. Se plantaron nuevos viñedos y se cuidaron los viejos, aplicando modernas técnicas de plantación y manejo. Decidiendo redoblar su creencia en la calidad de la viticultura chilena y fundan InVina, un emprendimiento 100% familiar que se enfoca en invertir y desarrollar viñedos en el Valle del Maule.
En 2012, se decide construir la actual bodega, y desde entonces ha sido un viaje de descubrimiento, pudiendo finalmente apreciar la calidad de las uvas que producen los viñedos. Lo que ha permitido posicionarse como uno de los actuales referentes vitivinícolas de la zona del Maule con la gran variedad de morapios en su portafolio que año a año, se encumbran a la excelencia dentro del mercado nacional e internacional.
“La mejor selección de uvas del valle del maule. Sustentabilidad y excelencia enológica”.
Los frutos de este trabajo minucioso, consciente, paciente y de largo plazo, ya están a la vista. La voluntad de la viña es integrar valores, buenas prácticas, acciones sustentables y exigencias que implican definirse como una bodega socialmente responsable, inocuidad y calidad enológica. Buscando la conservación de la biodiversidad lindante a sus viñedos, rescate de la naturaleza, suelos sustentables, el proceso de restauración pasiva, métodos de irrigación y asentándose como una viña comprometida con promover procesos de producción que sean ambientalmente amigables, socialmente equitativos y económicamente viables.
Y para un amante del vino como saben que me declaro, el júbilo, es poco cuando uno logra conocer el terruño y trabajo humano que hay detrás. Y en Viña InVina, esa recta la traza el propio Alex Huber junto a su equipo enológico, conformado por el enólogo jefe Camilo Diaz y Ed Flaherty, además de la participación del asesor técnico Yerko Moreno, quienes, durante este proceso, buscan mantener la reconocida expresión y frescores enológicos del Maule. Aquí, la consigna es una sola: Creer en el fuerte potencial de sus viñedos “Batuco”, “Las Tizas”, “Buena Vista” y “Mata Verde” para seguir entregando vinos de origen que conversen con la cordillera de la costa, valle central y precordillera de Los Andes, dándoles la mejor uva con el sello distintivo del valle del Maule. Vinos abiertamente reconocidos en todas sus líneas y cepas: “Sierra Batuco”, “Ojos Verdes”, “Luma, Chequén”, “Patagonia, Rebelde”, “Por Fin”, “Tricky”, “In”, “Place Matters” y “Berry Nice y Frizz”.
Actualmente, es cosa de revisar su historia. Que en el corto plazo les ha permitido obtener destacados reconocimientos en distintos certámenes nacionales internacionales como La Cav, Catador, Descorchados, International Wine Challenge, Decanter World Wine Awards, Alisteir Cooper MW, James Suckling y Berliner Wine Trophy entre otras.
“Excelencia, innovación, sustentabilidad y personas”
Viña InVina, se encuentra en resplandor para quienes quieren peregrinar, empaparse y vivir una experiencia a los sentidos y realmente vibrar con la frecuencia que nos entrega la cultura del vino desde su origen en el valle del Maule. Y sus señorías, el beber sus etiquetas en la comodidad de su hogar o restaurante, créanme, no es nada como experimentar la posibilidad de beberlo en sus viñedos y conocer sus terruños.
A destacar de nuestra maravillosa degustación, su generoso y opulento gran reserva, LUMA Chequén, carménere, lleno de sabores de arándanos sobre notas de hoja seca, chocolate y pimienta blanca. El ensamblaje Ojos Verdes, Viñedo costero Ojos Verdes. Vino a base de Cabernet Franc, Syrah, Cabernet Sauvignon, Tempranillo y Carmenere. Concentrado y complejo, con una jugosa riqueza de cultivo de clima fresco. Ideal para armonizar pastas, quesos madurados, cordero, bistec y carnes de caza. Y para el remate mis morapios regalones de la viña, de la línea Place Matters, Cuartel 4A, viñedo de Batuco, cepa carménere. Un vino expresivo y complejo, con gran persistencia, notas de pimiento rojo horneado, hoja de tomate y hierbas, taninos sedosos y ricos sabores de ciruela y mora. Y por el otro lado de la vereda, su vino Por Fin. Vino con notas a frutas negras, especiado, cedro y alcatran, con un largo final, igual de largo como fue el camino hacia el logro.
Así que, ya sabe que no pare el descorche y a seguir viviendo en torno al vino en estos meses de invierno. Encontrándose con su cultura, enoturismo y los vinos de clase de Viña InVina.
Viña Invina
Fundo “Buena Vista”, Ruta 5 km, 235 San Rafael, Maule, Chile.
Fono: +56 9 57083058 – Correo: info@invina.net
Horario de atención continuado: lunes a viernes 08:30 a 18:00 Horas.
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