Edzard es economista graduado en St. Gallen/Suiza. Trabajó muchos años en una empresa alemana dedicada a la construcción de plantas industriales en muchas partes del mundo, como Indonesia, USA, México Perú y Chile. Desde su juventud, el continente sudamericano ha sido como un imán y el lugar donde quería vivir. “Lo que no me imaginé es que me capturara tanto que me quedé más de tres décadas en este continente y menos que me casaría con una chilena, formando una familia ¡chilena-alemana! No me arrepiento ni un minuto. Y este periplo termina tal como empezó de niño: en una viña. Nací en la viña familiar en el Rheingau, Alemania y me encuentro finalmente en una viña boutique en el Valle de Aconcagua. Con hermano y sobrinos formamos una ´familia viñatera’ entre Alemania y Chile y nos complementamos en la cultivación y venta de vinos blancos Riesling de excelencia y de vino tinto Carménère y Syrah de gran calidad, todo bajo el mismo nombre de familia: Baron Knyphausen”.
– Viña Baron Knyphausen tiene más de 200 años de historia y está en Hacienda Santa Teresa de Llay Llay, que fue declarada Monumento Histórico Nacional en 2008. Cuéntame de sus variedades y su cosecha sin el uso productos químicos.
-La viña alemana tiene 200 años en nuestra familia, pero la primera parra de Riesling que se cultivaba en nuestros terrenos fue plantada ¡en 1141 !!! Durante siglos, los monjes cistercienses cultivaron las cepas y elaboraron los vinos para las misas – y tomaron una buena cantidad de ellos también. El Riesling, cuyas cepas ancestrales fueron recubiertos y volvieron a venderse bajo el nombre «Roter Riesling», representa el 80% de la producción, hoy. Se complementa con Pinot Noir, Gewürztraminer y Silvaner. El viñedo en Santa Teresa de Llay Llay produce 82% Carménère y 18% Syrah. De eso elaboramos una Gran Reserva de Carménère de alta calidad y a partir de la cosecha 2019 también un ensamblaje de Carménère y Syrah en partes iguales. Al ser pequeños, nos permite un cultivo 100% natural, sin residuos ni químicos y todo a mano. Este año, tenemos la intención de ayudar en la limpieza de maleza y agregar abono con gallinas y ovejas que es óptimo y muy lindo. Los viñedos se emplazan alrededor del parque centenario, lo que garantiza la renovación de la tierra, y la casa que pertenecía originalmente a la familia del escritor chileno Jenaro Prieto Letelier, estilo «Belle Epoque» declarada monumento nacional. Hemos demostrado que este valle, a los pies de la cordillera, con gran exposición de sol, tierra fértil y viento costero produce un vino excepcional. Todos nos hemos involucrado personalmente, a través de un trabajo hecho con cariño y de la forma tradicional
– ¿Cuántas generaciones han pasado por la Viña?
-En Alemania, vamos en la octava y ya está ‘garantizada’ la sucesión para la próxima generación dado que somos una familia muy grande con jóvenes que prometen mantener la tradición de la familia.
– ¿Cuál es su diferencial con otras viñas.
-Probablemente, somos una de las viñas más chicas en Chile, pero de siglos de tradición y con respecto a la dedicación viñatera, podemos compararnos con algunas grandes viñas chilenas que, sin embargo, cambiaron su vocación tradicional por una producción de carácter industrial. Nuestro vino Carménère destaca en su cuerpo y su suave bajada y muchos clientes que no son amantes de vino tinto lo toman feliz, porque encuentran muy bien balanceada la acidez y los taninos. Privilegiamos una cepa que tiene la identidad chilena. Lo mismo ocurre en el Rheingau con el vino Riesling; son mil años de experiencia y la cuna de una de las mejores cepas de vino blanco y espumante (“sekt”) del mundo. No hay otra viña en Chile que pueda competir con nosotros.
– ¿Qué es lo que más disfrutas en tu trabajo?
– La mantención del viñedo de forma ecológica es un placer, pero también hay que tener más paciencia. En primavera, ves prácticamente los brotes creciendo como una filmación en tiempo acelerado, lleno de fuerza y mientras más se acerca la vendimia estás luchando con los pájaros que saben lo que es uva madura. Aprendo cada día más y lo mejor es cuando las personas compran y están felices con su selección. Pero lo mejor es que a la familia le encanta participar. Disfrutamos la casa y compartir con amigos y amantes del vino. Esto no es un trabajo, sino que una forma de vida.
– ¿Qué ha sido lo más complicado?
-Ver que la inversión es permanente y decidir hasta dónde llega el prefinanciamiento. Competir con las grandes viñas chilenas es desafiante pero ofrecer vinos de excelencia y de cultivo ecológico tiene una tendencia positiva y en aumento. Todo suena poético pero demanda muchísimo trabajo.
– ¿En qué canales de distribución se venden sus vinos?
-Principalmente, vendemos directamente a clientes finales, a través de invitaciones a catas y visitas a la viña para disfrutar el parque y la casa histórica. El enoturismo al Valle de Aconcagua empieza a revivir nuevamente y es muy atractivo por la corta distancia de Santiago y sus viñas de muy alta calidad. Pero también comercializamos nuestros vinos a El Mundo del Vino y unos canales de venta online. Y, por supuesto, a Alemania.
Tenemos nuestros contactos: vinabaronknyphausen@gmail.com, y nuestra web:www.aconcagua.wine.
– ¿Están presentes en hoteles, restaurantes y bares?
-Hoteles Boutique de calidad han sido la combinación perfecta y grandes aliados hasta la pandemia. También estamos en restaurantes y clubes.
– ¿Quieren seguir creciendo en este último canal?
– Definitivamente.
– ¿Cuáles son los próximos desafíos de la viña?
-En los primeros años de producción de uvas la cantidad fue muy pequeña, porque las parras deben crecer y fortalecer. Ahora, en el cuarto año de producción, nuestros esfuerzos están dirigidos a la alta calidad del vino y su reconocimiento. Encontramos mucho interés en Europa del Norte y obviamente en Alemania de nuestro Carménère. La historia, la producción ecológica y de alta calidad como también la atención personalizada lo hace posible vender con precios que son más altos que los vinos de las grandes empresas chilenas que lamentablemente están inundando los mercados con vino chileno a precios de oferta y en cantidades de millones de botellas. No es bueno para el vino chileno de ser considerado ‘bueno y barato’.