La comida y la nutrición están de moda, eso es algo que nadie puede negar. Sin embargo, debido a la facilidad que otorgan las redes sociales para subir contenido sin necesidad de un respaldo científico certero, y con la mera intención de vender, es que se ha generado una ola de posverdad alimentaria crítica.
Si bien los alimentos tienen el potencial de cambiar la vida de las personas y mejorar su salud, de la mano del goce, es fundamental comer de manera correcta y con la asesoría de profesionales. Según explica Oscar Barrera Marengo, médico cirujano, con posgrado en nutrición y chef profesional, “esto permite aprender con una base certera acerca de los alimentos, además de contar con las herramientas necesarias para comer rico, pero a la vez bien”.
Es por eso que el profesional derriba una serie de creencias populares o mitos en torno a la comida, que es fundamental considerar para llevar una vida sana, pero donde también se puedan consumir productos que muchas veces se dejan de lado por desinformación y desconocimiento de sus reales propiedades.
- Es mejor sacarle la yema al huevo porque tiene mucha grasa: La yema tiene alrededor de 17 gramos de proteína por cada 100, mientras que la clara tiene solo 11. Además, las grasas de la yema son de excelente calidad, tienen vitaminas A, D y E y su aporte en colesterol no es significativo si es que no se tienen anteriormente niveles elevados en la sangre. Hay que comerse el huevo entero y no desperdiciar.
- El aceite de oliva no sirve para cocinar: El de tipo extra virgen tiene un punto de humo cercano a los 160 grados Celsius, es decir, se puede hasta freír sin problemas. Este mito nace luego de que las empresas norteamericanas productoras de aceite de maíz se preocuparan ante la creciente popularidad del aceite de oliva debido a sus múltiples beneficios.
- El aceite de coco es lo más saludable: Ningún alimento es bueno o malo per se. Esto depende de los hábitos de consumo. Ahora, el aceite de coco tiene niveles muy altos de grasas saturadas, tal como demostró un estudio del departamento de cardiología de la Universidad de Harvard, en 2017. Además, tiene un contenido elevado de ácidos grasos laúrico, mirístico y palmítico que aumenta el colesterol LDL o “malo” en sangre.
- Seguir una dieta alcalina ayuda a la salud: El pH de la sangre y el cuerpo es bastante estable y los encargados de su control son los riñones. Hacer una dieta de tipo alcalina o tomar agua con estas características no va a cambiar el pH del cuerpo, ni trae ningún tipo de beneficio adicional.
- “Si es vegano, es bueno”: Las dietas basadas en plantas han demostrado mejorar los índices de riesgo cardiovascular en general. Ahora, lo importante no es que sea vegano, vegetariano u omnívoro si no que sea una dieta balanceada, satisfactoria, equilibrada y suficiente independiente de la tendencia. Cualquier forma de alimentación puede ser sana si es que los hábitos lo son.
- Comer fruta hace mal: La fruta tiene como azúcar la fructosa, la cual añadida en ciertos productos light puede generar alzas aceleradas de la glicemia. Pero, en el contexto de la fruta, no ocurre lo mismo debido al contenido de fibra de la misma. Además, no podemos desconocer las vitaminas y minerales que aportan. Comer fruta hace bien y es necesario.
- Hacer détox limpia el organismo: Estos no existen. Lo único necesario para depurar el cuerpo de toxinas son el hígado y los riñones. Si bien ciertos componentes de alimentos vegetales pueden inducir enzimas del sistema microsomal hepático, esto no lleva a cambios significativos ni a “limpiar” el cuerpo. Esta moda responde más a la perjudicial culpa usualmente vinculada al comer.
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