Recorrer la ciudad con hambre y ganas de descubrir ese rinconcito de sabor es un riesgo delicioso: nunca sabes qué vas a encontrar, pero la recompensa puede ser increíble.
A pocos pasos de mi casa me topé con un espacio que me sorprendió y me llevó de viaje sin necesidad de tomar un avión.
Por Terecomiendoalgo
La cocina tiene esa virtud mágica: transportarnos a lugares lejanos a través de un plato. Y cuando uno se anima a probar otras culturas, a ojos cerrados, la sorpresa siempre vale la pena. Eso fue exactamente lo que me pasó aquí. Hablemos de Nusantara.
Nusantara – @nusantaraindonesiacl
Nusantara es una palabra en javanés que significa “archipiélago”, una definición que resume la esencia misma de Indonesia: miles de islas unidas en diversidad, donde cada rincón tiene un sabor propio. Un nombre que no solo evoca geografía, sino también la riqueza cultural que se expresa en cada plato.
El local es pequeño, colorido, casi escondido en la ciudad. Pero basta mirar alrededor: turistas que llegan en vans buscando autenticidad, y comensales indonesios que se sientan a la mesa para reencontrarse con los sabores de su origen. Eso, por sí solo, ya es una señal inequívoca.
Porque como dice el dicho: “si en un restaurante los locales comen, la comida debe ser buena”. Y aquí, sin duda, lo es.
El menú es directo y fácil de leer, no necesitas ser experto en gastronomía asiática para entenderlo. Eso se agradece: nombres auténticos, cargados de identidad, que ya de por sí generan curiosidad. Cada palabra parece un pasaporte sellado con especias.
Pero basta de teoría. La carta está para saborearse, no para memorizarla. Así que vamos al grano: probemos algunas de las maravillas que hacen de Nusantara un verdadero viaje en cada plato.
Martabak Telur
El primer hallazgo fue el martabak telur. A simple vista parece un paquetito frito, pero en la primera mordida todo tiene sentido:
Masa crujiente que se rompe con un “crack” limpio, relleno jugoso de huevo, carne y especias, y ese sambal rojo que no perdona. No es un picante tímido, es un golpe directo, pero adictivo.
Es el tipo de plato que uno pide para compartir y termina defendiendo con tenedor en mano.
Nasi Goreng
Después llegó el clásico de clásicos: el nasi goreng. Arroz frito que no se conforma con ser acompañamiento, sino protagonista.
Dulce por el kecap manis, con toques ahumados del wok, verduras frescas que lo alivianan, y el crocante por encima que le da ese contraste perfecto. Al costado, los krupuk (galletas crujientes), porque en Indonesia el arroz nunca viene solo.
Este plato es la definición de Sabor de hogar indonesio: simple, pero cargado de identidad.
Indonesia es un país de miles de islas, culturas y aromas. Cada plato es un puente entre esos mundos: el picante que despierta, el dulzor del kecap manis, el crujido de un krupuk que acompaña como música de fondo. Comer aquí es abrir una ventana al sudeste asiático, a esa mezcla vibrante donde la cocina es identidad y orgullo.
Nusantara condensa todo eso en un espacio pequeño pero lleno de vida. Es un recordatorio de que viajar no siempre requiere maletas: a veces basta con un tenedor, un poco de curiosidad y ganas de dejarse sorprender.
Así que, si quieres recorrer Santiago de otra forma, atrévete a recorrer Indonesia con el paladar.
Porque aquí no solo se come bien, sino que se come una cultura entera, y eso no tiene precio.
Por Terecomiendoalgo, Octubre, 2025