Siendo una de las viñas más antiguas del Valle de Colchagua, Ravanal ha sabido adaptarse a los cambios contemporáneos gracias a la incorporación al negocio de las nuevas generaciones familiares, algo que al mismo tiempo conserva y rejuvenece el espíritu de la marca.
Por Carlos Montoya Ramos
Ubicada en Placilla, (Región del Libertador Bernardo O’Higgins), a dos horas de Santiago se encuentra Viña Ravanal. Fundada hace 6 décadas, su vigencia y adaptación a los cambios contemporáneos se debe principalmente a la incorporación de las nuevas generaciones familiares, algo que junto con mantener la tradición, rejuvenece la marca.
Y es que, sin duda, Ravanal es una marca con historia. Mientras que en sus 140 hectáreas de viñedos se pueden encontrar variedades blancas, como sauvignon blanc, chardonnay y semillón; y tintas como merlot, syrah, cabernet franc, malbec, petit verdot, cabernet sauvignon y carménère, algunas de las parras, de las que provienen sus vinos más delicados y exclusivos, tienen más de 100 años, esto porque ya estaban plantadas cuando Mario Ravanal adquirió el predio en la década de 1960.
En Viña Ravanal, la integración de las nuevas generaciones se da por sí sola, no existiendo una obligación de participar en el negocio familiar. De hecho, Mario Sebastián Ravanal, gerente general de Viña Ravanal, comenta que el requisito para participar en la empresa es conocer el mercado laboral, esto para ser un aporte al negocio familiar.
“Pensamos que integrar a las nuevas generaciones en Ravanal debe ser por los méritos y los posibles aportes que puedan hacer, y no por un derecho familiar. Esta es una empresa y debe ser manejada desde todo punto de vista como un negocio lucrativo que perdure, esa es la única manera de poder ser competitivos y mantenernos en el futuro. Sin embargo, nunca dejamos de lado la sabiduría y la experiencia de las generaciones anteriores, que han sabido sortear los vaivenes de los acontecimientos propios de cada periodo”, relata Mario Sebastián.
De esta manera, cada uno de los hijos de Mario Ravanal, fundador de la viña, ha aportado en diferentes áreas, de acuerdo con el desarrollo académico de cada uno, contribuyendo a crear una empresa altamente profesionalizada. Esto favorece al negocio, ya que se ha experimentado una rápida evolución en la forma de producir el vino, gracias a la incorporación de tecnología moderna y plantaciones nuevas diseñadas para preservar el cuidado del medio ambiente, todo con el objetivo de mejorar la calidad de los vinos.
“La llegada de Pía en el área de exportaciones ha permitido llegar a más de 25 países con gran éxito en cada uno de ellos. Se han diversificado los productos para llegar a nuevos mercados de acuerdo con las exigencias de los clientes. En tanto, Mario Sebastián ha transformado los procesos, haciéndolos más ejecutivos y dinámicos, tomando decisiones en el día a día que permiten una mayor eficiencia en toda la cadena de producción. Finalmente, Carmen Paz, gerente de marketing de Viña Ravanal, se ha enfocado en la apertura del turismo al mercado nacional e internacional, aunque también tiene un rol activo en la gestión financiera, complementando la administración general llevada por Mario Sebastián.
Preparando la reactivación del turismo
La pandemia ha dejado muchas enseñanzas, comenta Carmen Paz, y dentro de ellas está el valorar la naturaleza y los espacios abiertos. Pensando en esto, explica que adaptaron los tours de la viña para que gran parte de las actividades sean hechas en el exterior, “apreciando la naturaleza y el hermoso paisaje que nos rodea. También limitamos el número de personas por tour, prefiriendo realizar actividades personalizadas de grupos pequeños o de familias”.
Además, entendiendo que las mascotas pasaron a ser uno más de la familia, Viña Ravanal se declara pet friendly, “así todos son gratamente bienvenidos y, finalmente, hemos hecho capacitaciones a nuestro personal donde se enfatiza y prioriza la experiencia del cliente, para hacer de cada tour una experiencia inolvidable, cercana, acompañada de magníficos vinos, fruto del trabajo de un gran equipo”, afirma Carmen Paz Ravanal.
Apuntando a nuevos mercados
En la empresa vitivinícola, los desafíos son muchos y vienen desde diversas áreas: agrícola, enológica, marketing, comercial, etc. Siempre se debe estar pensando en nuevos proyectos hacia el futuro, más ahora que los requerimientos del mercado son más exigentes y en constante cambio. Sin embargo, siempre existe una regla clara, desarrollar buenos productos que sean capaces de encantar tanto a los clientes nuevos, como a los antiguos.
En este escenario, y dada la actual situación de la pandemia, Mario Sebastián detalla que ahora han podido retomar diversos desafíos, como los relacionados a nuevas plantaciones y variedades, además de reiniciar las giras comerciales, pospuestas durante dos años, y que tienen como objetivo abrir nuevos mercados.
“Hemos visto un importante crecimiento en el mercado brasilero, duplicando nuestras ventas, y nuestra idea es seguir creciendo en esta dirección consolidando nuestra marca. En tanto, respecto a alcanzar nuevos mercados, eso forma parte del plan de trabajo original de la viña, llegar a más lugares del mundo nos hace sentir que la tarea del fundador se está cumpliendo, poder trasmitir a través de una botella de vino el esfuerzo de años de trabajo y de generaciones que han trabajado en conjunto para mantener un legado familiar”, concluye Mario Sebastián Ravanal.
Viña Ravanal
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