- Estancias de Chile es una iniciativa financiada por Corfo
- Baguales Glamping, Cerro Guido y Pingo Salvaje, son algunas de las estancias que deleitan el paladar del turista con lo mejor de la Patagonia.
Por Paola Fernández Chamaca
La gastronomía es un viaje de aromas y sabores que invita a descubrir las más variadas especies, tiempo de preparación y tradición culinaria. Es más, la gastronomía es un patrimonio vivo que bien sazonado, da frutos y enriquece a los territorios de Chile.
En ese aspecto, quienes visitan las Estancias de Chile tienen la oportunidad de disfrutar la apuesta gastronómica de la Patagonia.
Baguales Glamping
Entre ese juego de contrates de luces y sombras que ofrece Natales, se encuentra ubicado el proyecto turístico conocido como “Baguales Glamping”.
Ahí, los turistas que buscan la desconexión pueden alojar en domos construido en un valle maravilloso y lleno de cerros. Y no sólo eso, sino que visitar “Baguales Glamping” es apostar por una experiencia gastronómica diferente y con sabores de la zona.
“Nosotros mostramos la cocina chilena lo más auténtica posible, pero adaptándose al clima hostil de la ciudad bagual. Para ello, esperamos a los huéspedes con una tabla de bienvenida que contiene Calafate Sour, quesos y productos de la Patagonia”, expresó Javier Maclean, Gerente de Baguales Glamping.
Asimismo y por ser un destino que tiene un sinfín de actividades durante la jornada, la Baguales Glamping, ofrece para sus huéspedes un desayuno tipo americano con sabores y aromas de la zona.
En el caso del almuerzo, el Gerente General indicó que los turistas post desayuno se preparan un box lunch para resistir las intensas horas de actividades en la Patagonia.
“Lo más importante es la cena y para ello, nosotros deleitamos a los turistas con centolla, merluza, pastel de choclo, cortes de cordero acompañado papas, ensaladas y postres”, acotó Maclean.
“Baguales Glamping” se encuentra en una estancia ( Las Cumbres) que sorprende no sólo por la belleza de sus paisajes, sino por conocer los gustos y preferencias gastronómicas de quienes los visitan en este recóndito destino.
“Siempre hablamos con el tour operador y si no sabemos, siempre tenemos cosas elaboradas y sanas para todos los que disfrutan la experiencia en Baguales Glamping”, expresó Javier Maclean.
Pingo Salvaje
Ubicado muy cerca de Puerto Natales, se encuentra la Estancia Laguna Sofía donde opera “Pingo Salvaje”. Un lugar interesante que ofrece refugio, camping, caminatas y cabalgatas.
Y en ese paisaje hermoso y rodeados de cóndores y otras aves es posible comer un asado al palo (puede llevar hasta 4 horas de dedicación bajo fuego controlado) y vivir una experiencia culinaria y cultural que captura la esencia misma del destino.
“El asado al palo es una representación auténtica de la pasión y la devoción que se ponen en cada aspecto de la vida en la Patagonia. En el corazón de esta tradición se encuentran los corderos, criados con el mayor cuidado en un entorno orgánico y natural. Estos corderos son una encarnación de la conexión entre la tierra y el paladar, ya que su crianza en pasturas tranquilas y vírgenes asegura una carne magra y de alta calidad, con un sabor auténtico que solo la Patagonia puede ofrecer”, explicó José Antonio Kusanovic, Gerente Pingo Salvaje.
El proceso de cocinar un asado al palo es mucho más que una simple preparación culinaria. Es un ritual que une a las personas, fomentando la convivencia y la camaradería alrededor del fuego y por supuesto compartiendo un buen mate. Mientras, el aroma ahumado se eleva en el aire, los comensales se reúnen para compartir historias, tradiciones y momentos inolvidables.
Cada asado se convierte en un capítulo en la historia de la Patagonia, una historia que se transmite a través del sabor y la experiencia compartida.
La duración del asado, cuidadosamente adaptada al viento y las condiciones del momento, no es simplemente una cuestión de tiempo, sino un recordatorio de que las cosas buenas llevan su proceso. Como las majestuosas montañas y vastas llanuras que caracterizan la Patagonia, el asado al palo requiere paciencia y dedicación para alcanzar su plenitud y perfección. Cada minuto invertido en el proceso es una promesa de un sabor excepcional y una textura suculenta.
En definitiva, un asado al palo en la Patagonia no es sólo una comida, es un vínculo con la tierra, con las tradiciones ancestrales y con la esencia misma de esta región remota y cautivadora. Es una oportunidad para saborear la autenticidad, la dedicación y la riqueza cultural de la Patagonia, todo en cada jugoso y delicioso bocado.
Cerro Guido
A fines del siglo XIX nació esta estancia, como parte de la Sociedad Explotadora Tierra del Fuego, la más grande red ganadera en la historia de la Patagonia chilena.
“Cerro Guido” es la estancia más grande de la región, con una de las mayores masas ganaderas y extensiones de cultivos de esta zona.
Su sello culinario se caracteriza por utilizar productos de la huerta y del campo. En ese aspecto, Sebastián Gómez Benítez, Gerente de Desarrollo y Turismo Estancia Cerro Guido y Complejo Torres del Paine, expresó que “es un gran desafío producir y cultivar los productos orgánicos que llevamos a nuestra mesa en este agreste clima. Con cariño y esfuerzo logramos obtener hojas verdes, tomates, zucchini, ruibarbo, parras rojas, cassis, grosellas, huevos, entre otros… todo fresco de nuestra huerta”.
Y son esos aromas que el restaurant de “Cerro Guido” acompaña con sus recetas tradicionales y ofrece el asado de cordero al palo con buffet de acompañamientos y postres, que se realiza algunos días de la semana.
Gómez, precisó que lo que se destaca de la gastronomía del restaurante de “Cerro Guido” es la utilización de ingredientes locales (como la carne de cordero, guanaco, vacuno y pescados) y orgánicos (tenemos nuestra propia huerta).