No cabe duda de que la alimentación habla mucho de sí tenemos o no una buena salud. El problema es que a veces no nos damos cuenta de ello, hasta que vamos a un control médico de rutina. Por lo mismo, lo importante es prevenir y nutrirnos de forma adecuada para evitar enfermedades y mejorar nuestras defensas.
Sabemos que la pandemia no ha ayudado en nada a mantener nuestra condición de salud en buen estado, el confinamiento afecta la falta de actividad física, la ansiedad de esta problemática nos hace comer más y a deshoras, y así nuestra dieta se desbarajusta, subimos de peso y estamos más propensos a resfríos estacionales o con las defensas bajas, lo que acrecienta los síntomas de cualquier enfermedad base que padezcamos.
Una reciente investigación realizada por Universidad de Las Américas, reveló que el 44% de los chilenos reconoce haber aumentado de peso en cuarentena, principalmente por el alza en el consumo de pastelería y comida rápida.
En este contexto, es muy relevante reflexionar acerca de nuestra alimentación. ¿Bebemos suficiente agua al día; integramos proteínas, minerales, vitaminas, lípidos y la justa medida de carbohidratos y grasas saludables a nuestra dieta? Una alimentación balanceada incluye todo lo anteriormente señalado.
Y como en época de verano, el ambiente distendido de las vacaciones nos entusiasma a reunirnos con la familia entorno a una buena mesa, en donde muchas veces se prioriza la ingesta de carnes, es importante mencionar que sí podemos consumirlas, siempre teniendo en cuenta preferir cortes magros o las bien llamadas carnes blancas.
Catherine Escobar, gerente comercial de El Carnicero nos comenta que “este tipo de carnes se diferencian de las demás debido a que son casi en su totalidad fibra muscular, por lo tanto, poseen más proteína que grasa y son más sencillas de digerir”. Cabe destacar que también permiten regular los niveles de colesterol presentes en el organismo, favoreciendo el buen funcionamiento del hígado gracias a la presencia de vitamina B3.
En tanto, Evelyn Sánchez, académica la Escuela de Nutrición y Dietética de Universidad de Las Américas, señala que “las carnes blancas presentan un elevado contenido de proteínas de alto valor biológico que cumplen un importantísimo rol estructural para el organismo. Además, gracias a su aporte de minerales como hierro, zinc y fósforo, además de vitaminas del complejo B y aminoácidos esenciales, contribuyen a una alimentación balanceada y saludable”. La profesional añade que “se pueden preparar al vapor o al horno retirando la piel y evitando apanarlas o freírlas en exceso, y condimentarlas con múltiples especias que resalten su sabor como eneldo, orégano, ajo, romero, entre otras, con vegetales frescos y una cantidad mínima de sal, respetando además las porciones de consumo recomendadas”.
Por su parte, la experta de El Carnicero “Maestro en carnes”, explica que “las carnes, sean rojas o blancas, aportan a la masa muscular, siempre y cuando combinemos su consumo con una dieta saludable y ejercicio físico. También hay que evitar el exceso en la ingesta de aquellas carnes que tienen un mayor porcentaje de grasa”.
Como se aprecia, la elección de los alimentos es fundamental para llevar una vida sana. Según los expertos podemos consumir carnes blancas tres veces a la semana, consumirlas con vegetales, y con una pequeña ración de carbohidratos (integrales, de preferencia) y de postre elegir una fruta de la estación.